El Covid-19 obligó a las empresas y agencias a replantear los mensajes y el modo de comunicarse con los consumidores.
Ante los cambios de hábitos y los nuevos consumos, las marcas debieron reorganizar sus campañas ya que muchos de los mensajes publicitarios que tenían programados emitir ya no tienen sentido.
Los especialistas recomiendan que se debe tener en claro el segmento de mercado al que se debe dirigir la publicidad. Definir el target y conocer el lenguaje y canales a través de los cuales se puede llegar a alcanzar a esos grupos. El nuevo escenario es una oportunidad para generar una relación virtual más cercana con el consumidor.
Muchas empresas decidieron frenar sus planes de comunicación mientras que otras decidieron informar medidas de seguridad, cambios operativos y otras acciones que afectan a los clientes. Por ejemplo, la marca Levingston plantea el uso de «las 3H» como guía para idear las nuevas campañas «help (ayuda), «hope» (esperanza y «happiness» (felicidad). Las empresas están revisando sus conceptos de marca y estrategias para ofrecer un sostén a esta situación.
Se debe pensar en la historia de la marca y la capacidad de comunicación para contar historias que piensen acerca del futuro y esperanza, así como también en el estado de ánimo del consumidor. Las personas frente a esta situación de aislamiento, su atención se dirige al entorno virtual. Los esfuerzos no se deben concentrar en vender sino en generar valor y captar de este modo a los consumidores.
Muchas empresas están volcando sus recursos y presupuestos al área digital. Más que nunca se debe optar por tecnologías innovadoras y diferenciadoras. La forma en que las marcas actúan hoy determinará qué tipo de empresas son y y cómo el consumidor recordará la marca en el futuro.