Hoy en día, los cambios se producen a gran velocidad y con un altísimo grado de incertidumbre.
Las empresas sufren como pocos sectores de la sociedad las disrupciones de un mundo cada vez más interconectado, como estamos presenciado con esta pandemia. El mayor reto que enfrentan ahora mismo las organizaciones de todo el mundo es la gestión efectiva del cambio.
Los cambios son difíciles. Pero, ¿por qué cuesta tanto cambiar? Cientos de miles de años la evolución ha configurado nuestro cerebro de tal modo para que sus primeras reacciones a los “elementos externos” sean de resistencia.
El teletrabajo ocasional debería verse como una opción beneficiosa para todas las partes, porque el trabajador puede desarrollar su actividad profesional con una mayor eficiencia, ya que produce ahorros en tiempos improductivos (desplazamientos, ineficiencias en el lugar de trabajo e, incluso, reuniones más cortas); mientras que, para la empresa, unos colaboradores más satisfechos generarán una mejora en la productividad y eficacia, y por lo tanto, mejorarán los resultados de la empresa.
A estas alturas, sabemos que hay marcos de trabajo que son mucho más efectivos en la gestión del cambio que los planteamientos de gestión tradicional del siglo pasado.
Los marcos de trabajo Agile han demostrado ser muy efectivos en la gestión de los proyectos de software. También han demostrado que, si se aplican correctamente, ayudan a aumentar la adaptabilidad de las organizaciones a las exigentes demandas de este cambio.
Según un estudio de Bain & Company del 2015, en una comparación entre la gestión de proyectos mediante SCRUM (un marco de trabajo Agile) y la gestión tradicional, las que utilizaron metodologías Agile obtuvieron:
76% menos de riesgos en conseguir finalizar el proyecto en tiempo y presupuesto.
77% más de rapidez en salir al mercado.
79% más de motivación del equipo.
84% más de productividad del equipo.
87% más de capacidad para gestionar las prioridades cambiantes.
Agile te ofrece una forma coherente, estructurada y muy efectiva de adaptarse al gran cambio que ha traído la crisis sanitaria global. Ofrece un camino y un método para que con simplicidad y rapidez las empresas puedan gestionar la complejidad. Las metodologías ágiles mejoran la satisfacción del cliente dado que se involucrará y comprometerá a lo largo de todo el proyecto. En cada etapa se informará al cliente de los logros y progresos del mismo, con la visión de involucrarlo directamente para sumar su experiencia y conocimiento, y así, optimizar las características del producto final obteniendo en todo momento una visión completa de su estado.
Otra de las ventajas es la mejora de la motivación e implicación del equipo de desarrollo. Las metodologías ágiles permiten a todos los miembros del equipo conocer el estado del proyecto en cualquier momento, así, los compromisos son negociados y aceptados por todos los miembros del equipo.
Por otro lado, cabe destacar que optar por la aplicación de una gestión ágil permite ahorrar tiempo y costos. El desarrollo ágil trabaja de un modo más eficiente y rápido, ¿cuáles son los tipos de metodologías ágiles más utilizados en las empresas actuales? Existen diferentes opciones pero las más utilizadas son: programación extrema (XP), Scrum y Kanban, todas ellas se guían a través de un patrón establecido por el Manifiesto Ágil.
El Manifiesto ágil, se encuentra compuesto por doce principios agrupado en cuatro valores fundamentales:
– Individuos e interacciones sobre procesos y herramientas.
– Software funcionando sobre documentación extensiva.
– Colaboración con el cliente sobre negociación contractual.
– Respuesta ante el cambio sobre seguir un plan.
La primer metodología es la Programación extrema (XP). Es una metodología basada en un conjunto de reglas y buenas prácticas para el desarrollo de software en ambientes muy cambiantes con requisitos imprecisos, por ende está enfocada en la retroalimentación continua.
Las principales características son:
Desarrollo iterativo e incremental.
Programación en parejas.
Pruebas unitarias continuas.
Corrección periódica de errores.
Integración del equipo de programación con el cliente.
Simplicidad, propiedad del código compartida y refactorización del código.
Otra metodología es la SCRUM. Es un marco de trabajo de procesos ágiles que trabaja con el ciclo de vida iterativo e incremental, donde se va liberando el producto por pares de forma periódica, aplicando las buenas prácticas de trabajo colaborativo (en equipo), facilitando el hallazgo de soluciones óptimas a los problemas. Con Scrum se realizan entregas regulares y parciales del producto final, todas ellas con una prioridad previamente establecida con el cliente. Un punto fundamental en el proceso que conlleva Scrum son las revisiones (reuniones), con ellas se fomenta la comunicación y transparencia del proceso.
La última metodologia es la KANBAN. Es una metodología que simplifica la planificación y la asignación de responsabilidades, en un tablero se representan los procesos del flujo de trabajo, cómo mínimo deben existir tres columnas (Pendiente, En Progreso, Terminado). Es un marco de trabajo que requiere una comunicación en tiempo real sobre la capacidad del equipo, utilizado para controlar el avance de trabajo en una línea de producción, en la cual se clasifican las tareas en sub estatus, esto con la intención de determinar los niveles de productividad en cada fase del proyecto.
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