En los ambientes laborales no solamente producen estrés las fechas de entrega, la presión de los jefes y la necesidad de generar resultados. Lo que más angustia a las personas la ansiedad que se produce en determinados momentos; incluso, a veces prolongada por meses y años.
La ansiedad es definida como un estado mental que se caracteriza por una gran inquietud, una intensa excitación y una extrema inseguridad; cuando se la sostiene en el tiempo, se manifiesta con una angustia que puede desencadenar enfermedades como el síndrome de Burnout (“del quemado”, a partir del estrés prolongado en años), y hasta depresión.
Hay empresas que por su cultura interna, fomentan el vértigo y la velocidad como un elemento para hacer que las tareas funcionen. Esto deriva en ansiedad permanente. Lo hacen pagando un costo muy alto: los colaboradores se sienten excesivamente cansados, agotados de sobrellevar esas rutinas insoportables, y, además, sin poder visualizar rápidamente una salida.
Hay varias formas en las que se puede observar esto por parte de las organizaciones: falta de compromiso, ausentismo laboral, olvidos y detalles que se dejan pasar, y conflictos internos.
El foco de organizaciones sin foco en la gestión del bienestar de los colaboradores es muy alto, la pérdida que se produce por la fuerza laboral trabajando en malas condiciones afecta directamente la productividad, genera ausentismo, y, por lo tanto, tiene consecuencias financieras.
Los momentos de alta presión y situaciones de ansiedad pueden presentarse siempre; con ciertas herramientas de afrontamiento cualquier trabajador los puede sobrellevar. El problema aparece cuando esto se reitera y forma parte de la dinámica de funcionamiento de una empresa. La falta de organización interna genera un estado de ansiedad que, de no ser abordado, termina por generar problemas a los miembros del equipo.
Hay algunos consejos que pueden ser de ayuda para sobrellevar mejor las situaciones que producen ansiedad en el trabajo.
- Hacer pausas
El nivel de atención promedio en personas trabajando depende del tipo de actividad; se estima que no se puede estar más de dos horas corridas extremadamente concentrados, por lo que es ideal hacer pausas cada hora y media; unos diez minutos de descanso o desconexión del entorno habitual serán suficientes para recargar energía y volver enfocar la atención. Prácticas que ayudan: sería ideal incorporar alguna rutina de estiramiento, alimentación saludable cada dos horas para no llegar con excesiva hambre a la comida principal.
- Buscá solucionar los problemas lo mejor posible
Un problema que produce ansiedad recurrente es la poca flexibilidad en el trabajo. Las actividades siempre generarán imprevistos; lo fundamental es saber buscar soluciones de la mejor forma, con los recursos disponibles. La sobre adaptación permanente a las situaciones resulta contraproducente, ya que en su esencia se encuentra la ansiedad y el estrés de querer resolver las cosas a cualquier costo, incluso la salud del colaborador.
- Asumir una actitud neutral sobre aquello que no podés manejar mejor
La sola mención de la palabra “neutral” para muchas personas puede parecer que hay que rendirse y no hacer “nada”. Sin embargo, neutral implica una observación consciente sobre los distintos problemas que se presentan, para tomar perspectiva y dimensión. Prácticas que ayudan es incorporar la observación neutral, sin juicios ni preconceptos, en la vida cotidiana, y en las reuniones de trabajo. Observarse internamente cuando otro dice cosas que no te gustan: ¿Qué dicen tus emociones?, ¿Cómo te sientes’ ¿En qué parte del cuerpo resuena?
- Hablar con una persona de confianza
A veces se necesitará también una descarga a tierra. Encontrar una persona con quien dialogar, expresar lo que se siente dentro o fuera del trabajo y sacar las emociones hacia afuera, es una forma de canalizar la ansiedad, el estrés, la decepción y la frustración que puede invadir a los empleados en ciertos momentos. Enfocarse en las soluciones, no sólo en los planteos cerrados de los problemas, evitar derivar las conversaciones por fuera del eje del problema, dejar de trivializar y socializar.
- Compartí tus vivencias o sensaciones con tus superiores o el área de recursos humanos
Aunque el desgaste de la ansiedad y el estrés que produce parezca que quitan las ganas de seguir, vale la pena hacer el aporte individual para mejorar la organización. Organizar un encuentro con tu superior y con el área de recursos humanos puede ser valioso para comentar, desde tu perspectiva, lo que estás viviendo y observando. Planifica la reunión con antelación. Prepara los puntos principales que deseas transmitir. Hazlo siempre desde una perspectiva constructiva. Utiliza ejemplos personales: no involucres a las demás personas que no estén presentes en tu conversación. Propone al menos tres vías de mejora, sencillas y concretas, con las que tú mismo puedes comprometerte, además del área y la empresa.