La inteligencia emocional en el trabajo es de gran importancia. Es un factor decisivo a la hora de ascender a un puesto directivo y puede marcar la diferencia en los resultados del proceso de selección de personal.
La capacidad de la persona para comprender y usar información emocional en contextos sociales y el modo en que se conocen las propias habilidades emocionales están detrás de los principios clave de la inteligencia emocional, esta incluye:
- Conciencia de uno mismo: se trata de la capacidad de reconocer emociones personales, desencadenantes emocionales y limitaciones. En un entorno empresarial, ayudaría, por ejemplo, a identificar los primeros signos de estrés.
- Autorregulación: es la capacidad de controlar las emociones, consiguiendo que no tengan un efecto negativo. La inteligencia emocional en el trabajo puede resultar de gran ayuda para gestionar, por ejemplo, la frustración y evitar así conflictos dentro de un departamento.
- Motivación: se define como un impulso interno que proviene de la satisfacción personal experimentada después de un logro. Los negocios que cuentan con una plantilla motivada destacan por un mejor servicio al cliente, mayores cotas de productividad y niveles superiores de compromiso entre sus empleados.
- Empatía: es la capacidad de reconocer, comprender y experimentar las emociones de otra persona. Su incidencia en el clima laboral es determinante para lograr una atmósfera positiva que favorece la colaboración y el trabajo en equipo.
- Habilidades sociales: podría decirse que se trata de la capacidad de interactuar y negociar con otras personas para encontrar la mejor manera de satisfacer las necesidades de cada uno. Una vez más, la inteligencia emocional en el trabajo nos da la clave para avanzar hacia la excelencia, gracias a una mayor consistencia, respeto, asertividad en las relaciones entre compañeros y entre éstos y personas a otros niveles; así como una comunicación más clara, efectiva y transparente.
Los empleados con altos niveles de inteligencia emocional se encuentran en mejores condiciones para cooperar con los demás, gestionar el estrés relacionado con el trabajo, resolver conflictos dentro de las relaciones laborales y aprender de los errores interpersonales previos.
Según el Informe sobre el futuro del empleo del Foro Económico Mundial, “la inteligencia emocional será una de las diez habilidades laborales más buscadas en 2020”.
Una empresa que consigue que la inteligencia emocional en el trabajo sea una constante, logra que sus empleados puedan desarrollar sus tareas juntos con la máxima eficacia y aumenta sus probabilidades de alcanzar el éxito en sus resultados.