Luego de la pandemia, hay ciertos valores que resultarán imprescindibles para encajar en la “nueva normalidad” laboral.
En un mercado del trabajo que sufrió y sigue sufriendo el fuerte impacto de esta crisis sanitaria, la pregunta sobre cómo se manejará el empleo en una sociedad post Covid-19 es un tema de análisis permanente. Y en la definida como “nueva normalidad”, ciertas habilidades profesionales se valorarán por encima de otros recursos previos.
De la mano de tendencias laborales que se instalarán definitivamente, como el teletrabajo, y de la adopción de protocolos específicos en todos los ámbitos de la actividad económica, la flexibilización, la adaptación rápida a los cambios, la proactividad, creatividad, inteligencia emocional, empatía y resilencia aparecen en los primeros lugares de la lista de las competencias más necesarias para mantener, o forjar, un lugar en el reconvertido contexto.
Una conducta flexible y la independencia resolutiva también van a la cabeza en cuanto a requisitos. Las personas capaces por sí solas de resolver y solucionar conflictos serán muy valoradas. Es decir, serán de gran importancia las capacidades blandas como la capacidad de comunicarnos de manera asertiva y eficaz, lidiar con imprevistos o actuar desde una visión integral y abarcativa para brindar respuestas.
La habilidades que tendrán una alta demanda en el mercado laboral son las que describimos a continuación:
Flexibilidad: capacidad de manejar expectativas y emociones, a barajar y dar de nuevo ante los planes que teníamos pensados y que chocan contra la realidad. No ser rígido, ser flexibles ayuda a adaptarse rápido a los cambios y actuar en consecuencia.
Autorregulación: Las nuevas rutinas de teletrabajo nos obligan a ser disciplinados, a aprender a manejar el tiempo, a establecer límites, a trazar objetivos diarios y evaluar luego resultados. La iniciativa propia es fundamental cuando se trabaja en casa y la cuestión presencial ya no impone por sí sola su dinámica.
Aprendizaje continuo: Una gran mayoría de las empresas han modificado su aspecto operativo. De imprevisto, fue necesario aprender nuevas formas de hacer las cosas. Este período de confinamiento obligó a incorporar nuevos saberes, aprender nuevas tecnologías, sumar nuevos insumos para hacer frente a la nueva realidad. El aprendizaje continuo seguirá siendo una constante.
Trabajo en equipo: Saber pedir ayuda y apoyarse en otros es tan esencial como demostrar cooperación ante el equipo. Es fundamental el autoconocimiento porque permite identificar fortalezas y puntos de mejora, para saber en qué puedo contribuir generando valor y en qué puntos necesito colaboración.
Mirada integral: La realidad nos enseñó que todos podemos contribuir, desde nuestro lugar, a aportar soluciones, si tenemos la capacidad de poder ver el todo, de desplegar una mirada sistémica que dé sentido a nuestro aporte particular dentro de un escenario más amplio.
Orientación a resultados: Enfocarse en los objetivos a cumplir resulta una competencia clave. Tener en claro la meta contribuye a la eficiencia. Para ello, se requiere de una adecuada planificación.
Manejo de las emociones: Saber controlar y encauzar miedos, ansiedades e incertidumbres es una habilidad que en la actualidad marca la diferencia. Desarrollar la resiliencia y contar con herramientas para manejar el estrés son capacidades necesarias que serán cada vez más valoradas.
Comunicación eficaz: Junto con el poder de escucha y la empatía, la capacidad de transmitir mensajes claros y precisos de manera asertiva resulta una cualidad cada vez más relevante en este nuevo escenario.
Con una cuarentena que hasta el momento tiene fecha de final incierto, y con un presente laboral que la pandemia hace tambalear constantemente, implementar estas cualidades en modo home office y con las ventajas y limitaciones que esto nos impone es un buen paso para enfrentar el futuro incierto.
Fuente: https://www.clarin.com/buena-vida/8-habilidades-demandadas-empleo-post-coronavirus_0_T-BzvV2X5.html