Lograr desconectar es el gran reto de las vacaciones para muchos profesionales, especialmente en tiempos de teletrabajo, cuando el espacio en el que se desempeña la jornada laboral es el mismo en el que se descansa. Hemos adquirido el hábito de llevar la oficina para todos lados. Nos acostumbramos a estar siempre conectados y cuesta bajar el ritmo.
Un problema que se acentúa tras unos meses complicados y muy intensos. En pocas semanas estamos entrando en las vacaciones en una situación en la que nunca habíamos estado: saliendo de un home office en época de distanciamiento social y en el que los límites entre la jornada laboral y el ocio estaban muy difuminados. Una rutina que podría continuar en verano. Mucha gente no se va a ir de vacaciones por miedo al contagio, va a pasar mucho tiempo en casa y, aunque intenten desconectar, sí saben que adelantar tareas va a hacer que la vuelta sea más ligera.
Para poder disfrutar del periodo de descanso, recomendamos realizar una buena planificación. Querer hacer todo rápido nos va a generar muchas ansiedad. La recomendación es empezar a organizarse hasta cuatro semanas antes y elegir cinco cosas que deben estar hechas antes de que empiece el periodo de descanso.
Hay determinados trabajos que son infinitos, te podes poner meses y no terminarías con la tarea, por eso es tan importante acotarlo. Debemos fijar un horario, máximo de dos horas a la semana, y cumplirlo. Si se deja muy abierto ese espacio, corremos el peligro de que se nos vaya de las manos.
Hay que hacer una reflexión sobre si se trata de una exigencia externa o si está en uno mismo. Esta autoexigencia responde al miedo al rechazo, al despido o a parecer malos compañeros. La obsesión con el entorno laboral suele indicar, una insatisfacción con el resto de aspectos personales: pareja, familia, vida privada…
Debido a la delicada situación en la que se encuentran muchas empresas tras la pandemia, parece imposible pedir días de descanso. A veces hay que hacerlo porque si no, llega un momento en el que dejamos de ser productivos. Desconectarse del trabajo es una necesidad. Tenemos un compromiso con nuestro trabajo, pero también debemos asegurarnos de que tenemos un nivel de bienestar adecuado para poder continuar.
Una buena planificación de las vacaciones también ayudará a que los días que volvamos resulten más provechosos. Hay que visualizar cómo queremos que sean, a qué y a quién queremos dedicarle nuestra energía y nuestro tiempo. Es un momento para parar con los malos hábitos relacionados con el trabajo y prestar atención a amigos y familiares, especialmente cuando no se ha podido compartir demasiado tiempo con ellos.