Las empresas horizontales están basadas en el trabajo en equipo, y es por ello, que necesitan colaboradores que tengan empatía y confianza en las tareas que realiza el otro.
También se las conoce como organizaciones planas. Una de las principales características de este tipo de empresas, es que en su organigrama no presenta una estructura piramidal como estamos acostumbrados a ver, en donde hay un jefe como línea fundadora y una base debajo conformada por colaboradores. Por el contrario, su estructura se rige de acuerdo a los roles.
En dichas organizaciones prácticamente no existen mandos intermedios, los colaboradores pueden tomar decisiones en el día a día sin tener que consultar o pedir un permiso específico. Dichas empresas se basan en el trabajo en equipo, no existen vías burocráticas de comunicación y los contactos son más fluidos. El trabajo es colaborativo.
Se requiere un perfil de colaborador diferente, se necesita que sea empático, que pueda confiar en los otros, que tenga capacidad de liderazgo y buenas habilidades de comunicación.
Las empresas horizontales no buscan tanto las aptitudes técnicas que requiere un puesto sino que se centran en los valores. Buscan que los colaboradores estén alineados con la empresa. El hecho de que las decisiones estén centradas en cada colaborador, no se observa estrés, cansancio ni resignaciones como puede surgir en empresas verticales.
No hay riesgos de anarquía, los colaboradores no hacen lo que quieren, la realidad es que operan en equipo, las personas se alinean con los otros desde un lugar más personal. Se rigen por los valores de la comunicación y colaboración, y hay mucho respeto por el trabajo del otro. Cada empleado tiene un ownership de su trabajo, por lo tanto, esto favorece a la gestión del tiempo. Se abre la posibilidad de tener gente más creativa y que genere innovación.
En Argentina, todavía no es sencillo armar una empresa horizontal, cuando se requiere una empresa autogestionada puede suceder que no coincida en algún punto con la Ley del Contrato de Trabajo y pueden surgir trabas. Por otro lado, no hay cultura del trabajo colaborativo, ni que los roles sean compartidos en equipo. Poco a poco, las empresas verticales irán desapareciendo y no se hablará de jefes sino de líderes.