Pronto va a llegar el primer aniversario de la pandemia: la resiliencia de las organizaciones, con su variabilidad por sectores es algo positivo para rescatar. Esta soft skill ha subido escalones en la jerarquía de habilidades necesarias para la supervivencia de las empresas, alcanzando los primeros puestos. Y es que aporta lo que se necesita en este actual mercado tan cambiante: ser una habilidad dinámica más que una cualidad estable y constituir un proceso de adaptación más que un resultado fijo.
Empresa resiliente tras pandemia
La resiliencia se define como ese “proceso de adaptación exitosa frente a la adversidad, el trauma, la tragedia, las amenazas o las fuentes significativas de estrés, tales como problemas familiares, o en las relaciones interpersonales, graves problemas de salud, así como situaciones de estrés a nivel laboral o financiero”. Así lo define la Asociación Americana de Psicología.
El ecosistema empresarial, y sus compañías como organismos vivos, ha demostrado mayoritariamente su carácter previsor en cuanto a planes de gestión, acción y contingencia. Los líderes han puesto en marcha acciones que serán muy beneficiosas de cara al futuro. Una evidente es la mejora de la prevención de riesgos laborales y reforzar las condiciones de seguridad e higiene.
Implicaciones de la resiliencia aplicada
La gestión de liquidez será un punto crítico en los siguientes meses, así que una de las implicaciones de la resiliencia en la empresa se ve en la consecución de fondos públicos o privados para continuar con la producción.
Otra de las aplicaciones prácticas de una empresa resiliente, que demuestra además inteligencia corporativa y un modelo ágil, ha sido solicitar descuentos en los suministros, por ejemplo si el local ha permanecido cerrado y sin actividad, o también negociar con los propios clientes condiciones ajustadas a la famosa “nueva normalidad”.
Tips para desarrollar resiliencia empresarial
Un buen uso de los medios digitales y el conocimiento crítico de lo que ofrecen es el primer tip para desarrollar esta resiliencia organizacional. Gracias a la posibilidad de trabajar en remoto muchas compañías han asegurado la continuidad y la protección de la cadena de suministros.
Otro de los rasgos que tiene que tener la empresa resiliente es su adaptabilidad y preparación. Se acabaron los tiempos en que el diseño del plan estratégico o proyecto llevaba mínimo un tercio del total. Es hora ya de lanzar productos beta, que manejen al menos tres escenarios de resultados, de mejor a peor, y sensibles al cambio en corto, medio y largo plazo. Claves: innovación y sostenibilidad.
Por otra parte, como dicen, el modelo de empresa tras la pandemia, será colaborativo o no será. Confianza, empatía y comunicación constituyen los ejes transversales a cada una de las acciones de la empresa resiliente. Tanto entre sus empleados como con sus stakeholders.
Por último, aprovecha esta crisis para poner en valor y premiar a partir de ahora —si no lo hacías antes ya— la diversidad. Ser resilientes se enraíza en la capacidad de mirar hacia delante y cuantos más puntos de vista y talento se aporten a ese modelo, más oportunidades de éxito tendrá la organización.
Fuente: https://empresas.infoempleo.com/hrtrends/organizaciones-resilientes-despues-de-la-pandemia